La chumbera
Chumbera, tuna o palera
Comúnmente conocida, como nopal, palera, penca, tuna o chumbera. Su nombre original es Opuntia ficus-indica. Opuntia, nombre genérico escogido por Plinio el Viejo para bautizar una planta que creció alrededor de la ciudad de Opus, en Grecia. Ficus-indica: compuesto por ficus, la higuera, y el epíteto neológico latino indica significa "de la India", es decir, higuera de la India.
El origen de la chumbera
Una hipótesis plantea que es originaria de Mesoamérica (México), pero ha sido naturalizada y cultivada en el mundo entero.
Diversas referencias históricas sobre el nopal se remontan a los primeros años de la Nueva España. En su Historia general de las cosas de la Nueva España, fray Bernardino de Sahagún describe el legendario y "monstruoso" nopal, como él le llama (ya que los nativos lo llamaban nopalli). El sacerdote José de Acosta lo cita como un árbol célebre de la Nueva España, "el árbol se debe llamar como a un montón de hojas o pencas unas sobre otras'".
La chumbera, un árbol célebre de la Nueva España
La primera plantación se realizó por semillas en Sevilla. Se introdujo como planta salvaje por el interés y los méritos exageradamente exaltados por los navegantes compañeros de Colón, que la introdujeron. La leyenda quiso que la Opuntia se introdujera sólo en España. Las semillas (el higo chumbo) se adherían con sus pinchos a los fardos de mercancías que transportaban los navíos. Tomaron raíces en el suelo andaluz donde encontraron un clima propicio, proliferándose rápidamente a través de toda España. Después se extendieron a Portugal y por todo el Mediterráneo.
Rápido los marinos descubrieron que la chumbera era eficaz para la lucha contra el escorbuto que esquilmaba las tripulaciones, tomando como hábito llevar algunas plantas en las travesías que plantaban en tierra en las escalas que hacían los navíos. El área de dispersión se extendió: la higuera bienhechora se hacía cosmopolita.
Posteriormente, se utilizó en obras de defensa de fortalezas y castillos, ya que la caballería no podía atravesar las líneas donde estaba plantada por los pinchos que se clavaban en los caballos de forma dolorosa.
Todavía hoy en Andalucía existen en muchas fincas valladas de chumberas que protegen los cultivos o en las alcazabas como medio de defensa.
Faenas andaluzas. Recogiendo chumbos. De Manuel García y Rodríguez, en Blanco y Negro (1901)
Las propiedades de la chumbera
Los segmentos frescos de este cactus contienen alrededor de un 90 % de agua. Los frutos, un 12 % de azúcar y 6,75 % de materias nitrogenadas, además de ácidos orgánicos (alrededor del 0,10 %), con un característico colorante entre rojo y anaranjado, lo que provoca que, al consumirlo, la orina se tiña de ese color.
Los frutos son ricos en fibra y vitaminas, especialmente vitamina A, vitamina C y vitamina K, así como vitamina B2 y vitamina B6; también contienen minerales como calcio, magnesio, potasio, hierro y cobre.
Los segmentos frescos calentados al horno se usan como remedio de la diabetes, así como emolientes colocados en forma de cataplasma sobre la zona afectada. También es bueno contra la gastritis y los cólicos intestinales, para lo cual se aconseja cocer la raíz y mezclarla con guayaba.
Otro uso medicinal, aunque no muy extendido, es el de remedio para las enfermedades de los pulmones, y como auxiliar en el parto.
En la medicina árabe se empleaban para combatir la disentería y las diarreas. Los árabes encontraron el fruto excelente y multiplicaron esta nueva planta por plantación de palas en sus jardines, de aquí el nombre también utilizado para reconocerla de «higuera del moro».
El color se du fruto, es el índice visual para determinar el grado de madurez están:
- Color: el color de los chumbos pasa de un matiz verde oscuro a verde claro; luego se torna amarillento y termina en un color rojizo cuando alcanza su plena madurez.
- Brillo: según los productores, cuando los chumbos están maduros cambia su aspecto de opaco a brillante, lo que indica que ya está lista para la cosecha.
- Fruto: la forma ovalada y uniforme del fruto es uno de los signos de que este se encuentra en condiciones para la cosecha.
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