El lenguaje de las flores
El lenguaje de las flores, conocido como floriografía, es un sistema simbólico en el que las flores y sus colores transmiten mensajes y sentimientos sin necesidad de palabras. Su origen se remonta a civilizaciones antiguas, pero alcanzó su auge en la era victoriana (siglo XIX), cuando se convirtió en una forma popular de comunicación codificada.

Hanakotoba: El Lenguaje de las Flores en Japón
El Hanakotoba (花言葉) es el sistema japonés de simbolismo floral, en el que cada flor representa un sentimiento o mensaje. A diferencia del lenguaje de las flores victoriano, que surgió como un código para la comunicación discreta, el Hanakotoba tiene raíces más antiguas y está profundamente entrelazado con la cultura, la poesía, el arte y las tradiciones japonesas.
El Hanakotoba se desarrolló a lo largo de los siglos en Japón, influenciado por la naturaleza espiritual del sintoísmo y el budismo. Las flores no solo eran apreciadas por su belleza, sino también por su significado simbólico en ceremonias, arte y literatura.
Los samuráis, por ejemplo, adoptaron el crisantemo y la flor de cerezo (sakura) como símbolos de la transitoriedad de la vida, ya que estas flores florecen brevemente antes de marchitarse, reflejando la fugacidad de la existencia y el código del bushidō.

Algunas flores y sus significados en Hanakotoba:
- Sakura (Cerezo en flor) – Belleza efímera, nuevos comienzos, vida pasajera.
- Tsubaki (Camelia) – Amor devoto, humildad y longevidad.
- Ume (Flor del ciruelo) – Elegancia, perseverancia y fortaleza en la adversidad.
- Chrysanthemum (Crisantemo) – Nobleza, longevidad y felicidad (símbolo de la familia imperial japonesa).
- Himawari (Girasol) – Admiración, respeto y amor inquebrantable.
- Suzuran (Lirio del valle) – Felicidad y dulzura.
- Botan (Peonía) – Prosperidad, honor y valentía.
- Bara (Rosa roja) – Amor y pasión (muy similar al simbolismo occidental).
- Ayame (Iris) – Valentía y buena suerte.
Selam: El Lenguaje de las Flores en el Imperio Otomano
El Selam (سلام) fue un sistema de comunicación basado en flores y otros objetos simbólicos que surgió en el Imperio Otomano, especialmente en la corte de Constantinopla (Estambul) durante los siglos XVII y XVIII. Este código floral permitía a las personas enviar mensajes secretos a través de ramos y arreglos florales, similar al lenguaje de las flores victoriano y al Hanakotoba japonés.
La palabra "Selam" proviene del árabe y significa "saludo" o "paz", pero en el contexto otomano, se refería a un sistema de simbolismo floral utilizado en la alta sociedad y en los harenes. Se cree que las mujeres de los harenes otomanos, debido a las restricciones de comunicación impuestas por la cultura de la época, empleaban Selam para expresar pensamientos y sentimientos de manera discreta.
Su correspondencia y escritos introdujeron el concepto del Selam en Europa, contribuyendo al desarrollo posterior del lenguaje de las flores en la era victoriana.
A diferencia del lenguaje de las flores victoriano, que se centraba exclusivamente en flores y plantas, el Selam era un sistema más amplio que incluía:
- Flores y plantas (cada una con un significado específico).
- Frutas y especias (símbolos de prosperidad, deseo o sentimientos).
- Objetos pequeños (como cuentas, joyas o telas con significados ocultos).
- La forma de presentar el mensaje (el orden y la combinación de los elementos modificaban su significado).
Por ejemplo, una rosa junto con un limón podía significar amor mezclado con tristeza, mientras que una granada podía simbolizar fertilidad y abundancia.
Ejemplos de Simbolismo en el Selam
- Rosa – Amor y pasión.
- Menta – Calma y serenidad.
- Manzanilla – Paciencia y resistencia.
- Avellana – Misterio y secreto.
- Limón – Amargura o rechazo en el amor.
- Uvas – Felicidad y abundancia.
- Pimienta – Fuego y deseo.
El Lenguaje de las Flores en la época Victoriana
Durante la era victoriana (1837-1901), el lenguaje de las flores, o floriografía, se convirtió en una forma popular y sofisticada de comunicación. En una sociedad con estrictas normas de etiqueta y donde expresar sentimientos abiertamente podía ser inapropiado, las flores permitían enviar mensajes codificados de amor, amistad, deseo o incluso advertencias. Dedicamos todo un artículo que puedes leer aquí.
Durante la era victoriana se publicaron varios diccionarios florales que ayudaban a interpretar el significado de las flores y su uso en la floriografía. Algunos de los más conocidos son:
"Le Langage des Fleurs" (1819) – Louise Cortambert (bajo el seudónimo de Charlotte de Latour). Uno de los primeros y más influyentes diccionarios florales. Publicado en Francia, sirvió como base para muchas versiones en inglés.
"Flora’s Dictionary" (1829) – Elizabeth Wirt. Popular en Estados Unidos, este libro detallaba el simbolismo de las flores junto con poesía y citas literarias.
"The Language of Flowers" (1834) – Frederic Shoberl. Una versión inglesa temprana que recopiló significados florales basados en textos franceses y otomanos.
"The Illustrated Language of Flowers" (1850) – Mrs. L. Burke. Incluía ilustraciones y una guía más accesible para la sociedad victoriana.
"The Language of Flowers" (1884) – Kate Greenaway. Uno de los más famosos, con ilustraciones bellamente dibujadas que lo convirtieron en un clásico de la floriografía victoriana.
Estos libros no solo servían como guías para elegir flores con mensajes específicos, sino que también fomentaban la creatividad en la composición de ramos y arreglos florales con significado.

Legado del lenguaje de las flores
Aunque la floriografía ya no es una forma de comunicación tan extendida, su influencia persiste en la cultura moderna, especialmente en bodas, literatura y arte. Muchas personas aún eligen flores con significados específicos para expresar sentimientos en ocasiones especiales, manteniendo viva esta tradición simbólica.